jueves, 26 de junio de 2008

LENGUAS INDIGENAS ARGENTINAS

" Se estima que antes de la llegada de los españoles a América, en lo que es hoy el territorio argentino, se hablaban unas 35 lenguas indígenas. Actualmente existen sólo doce agrupadas en cinco familias lingüísticas (Censabella, 1999): familia guaraní (lenguas chiriguano, mbyá y guaraní), familia guaycurú (lenguas toba, mocoví y pilagá), familia mataguaya (lenguas wichí, nivaclé y chorote), familia quichua (lengua quichua) y familia chon (lengua tehuelche). Además existe la lengua mapuche, no incluida en ninguna familia lingüística. Para el estudio y caracterización de estas lenguas, proponemos un recorrido de Norte a Sur por el territorio de la Argentina, teniendo en cuenta que las fronteras lingüísticas no siempre coinciden con los límites geográficos de los países. Por ejemplo, el quechua que hablan los collas del Noroeste argentino también se habla en Bolivia; el mapudungun es el idioma de los mapuches que habitan tanto en la Patagonia argentina como en Chile. Ver mapa interactivo.
Todas las lenguas indígenas habladas en el país eran originariamente ágrafas, es decir, no poseían escritura. La transmisión oral era la manera de preservar las costumbres, las reglas sociales y los valores éticos. Sin embargo, muchos estudiosos, en general misioneros, confeccionaron gramáticas y diccionarios, recopilaron textos y, con propósitos religiosos, tradujeron la Biblia a algunas de estas lenguas. En los últimos diez años, la implementación de programas de educación bilingüe e intercultural en algunas escuelas con población aborigen otorgó importancia a la escritura de las lenguas indígenas y motivó a algunas comunidades aborígenes a adoptar un alfabeto propio. Algunos de estos alfabetos, como el toba, adaptan los sonidos de esa lengua a las letras del alfabeto castellano. Por ejemplo, se utiliza hu para el sonido w (alhua = alwa "tierra") o x para representar el sonido postvelar G, que no existe en español (etaxat = etaGat "agua"). Los pilagá, en cambio, decidieron incorporar símbolos (letras) diferentes para representar algunos sonidos existentes en el castellano, como la letra griega l para la ll.
Leyes nacionales y provincialesEl marco legal que reconoce los derechos de los pueblos aborígenes comenzó a gestarse a partir del retorno a la democracia en 1983. Dicho marco legal, constituyó un proceso particular porque se sancionó primero la ley provincial de Formosa en 1984 que resultó el modelo fundamental para la sanción de la Ley Nacional 23.302 (1985) y para otras leyes provinciales que se van promulgando en años posteriores: Ley No 6373 de Salta (1986), Ley No 3258 del Chaco (1987), Leyes No 2435 y No 2727 de Misiones (1987 y 1989, respectivamente), Ley No 2287 de Río Negro (1987), Leyes No 3657,3623 y 3667 de Chubut (1991) y Ley No 11078 de Santa Fe (1993)(Cf. Gerzenstein y otros, op.cit.:5). En el año 1994 se reforma la Constitución Nacional y se deroga el artículo 65 de la Constitución de 1953, que otorgaba al Congreso la facultad de mantener a los indios en reservas y convertirlos a la religión católica. Dicho artículo se reemplaza por el artículo 75, inc.17, que expresa lo siguiente:"Corresponde al Congreso: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural, reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, no susceptible de gravámenes y embargos. Asegurar su partición en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones."


de www.varelaenred.com.ar/lenguas_indigenas.com

5 comentarios:

ester marcos dijo...

bueno, bueno...una cosa es lo q dice la Constitución y otra la realidad. He tenido oportunidad de conocer reservas indígenas y comunidades abiertas: la discriminación y situación de necesidad de los indígenas es muy dura. No se los considera iguales, siempre son postergados. Gabriela lamento ser tan negativa pero me duele en el alma lo que ocurre en ese aspecto, las lenguas las preservan las mismas comunidades sí pero su salud y standard de vida son muy pobres.

Ana Tamagno dijo...

Qué cosa hermosa y extraña la evolución de la lengua. Qué cosa triste y también extraña que le prestemos tan poca atención. Qué cosa buena que leyes nacionales se ocupen de pueblos aborígenes y de su patrimonio cultural, lengua incluída. Qué cosa mala que no se aplique como es debido.
("Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural, reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, no susceptible de gravámenes y embargos. Asegurar su partición en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones."). No pongo las manos en el fuego sobre si esto se aplica; por el contrario, por mi experiencia me consta lo opuesto. Hace algún tiempo anduve por Abrapampa, en la Puna jujeña, y una de las cosas que recuerdo es que pocos de los "nuevos" hablaban la lengua ancestral. Y no quiero entrar en detalle sobre el triste estado de sus derechos.
Otra cosa que recuerdo, que no sé si viene al caso pero me gustaría compartir con ustedes, es la particular concepción sobre el pasado, el presente y el futuro de esta etnia. Para ellos, al contrario de nosotros y de la mayoría de las civilizaciones occidentales, el pasado está cronológicamente por delante, pues es lo que pueden ver y tener presente; al contrario del futuro que es lo que, al ser aún desconocido, ubican a sus espaldas.

Anónimo dijo...

como están, que gusto. soy de dolores, estudié mi escuela primaria donde supongo que funciona el IFD, después vine al sur. maestro hace 20 años, 17 en distintas comunidades mapuche del sur neuquino. en estos años han pasado muchas cosas respecto a la lengua originaria. arranquemos diciendo que cuando el general Roca llega a la confluencia de los ríos limay y neuquén (1878) se dirige a la tropa con este mensaje: matanza y exterminio. matanza no necesita aclaración, exterminio (lograr que el otro deje de ser quien es) viene al caso. esa parte de la óden es la que le tocó en primer lugar a la iglesia y luego a la escuela con el mandato argentinizador y castellanizador. es interesante reflexionar como maestros sobre este aspecto, hacerlo consciente para ver si somos capaces de corrernos de la conquista.
es verdad como dice Gabriela que desde el estado se vienen implementando políticas (en realidad la constitución en el Art. 75 Inc 17 reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y la puesta en práctica de este artículo supone el reconocimiento de lengua y territorio, entre otros aspectos) pero son los propios procesos de cambio que se vienen dando hacia adentro de las comunidades los que permiten, diría los que imponen, el optimismo.
un pibe, un adulto o un pueblo en silencio, no significa que no sepa o que no tenga nada para decir, puede también significar que no quiere hablar. el pueblo mapuche que yo veo está retomando con fuerza la palabra y además su propia lengua, y la prueba más grande de su vigencia es que desconociendo los intentos de los linguistas hoy se dan una escritura propia.
entiendo los fundamentos para el comentario de Ester, pero creo que hay algo inconciente en esto de mirar al pueblo mapuche con una mirada medio para atrás. el pueblo mapuche con el que conviví durante estos años es muy alegre, solidario, optimista y al que lo cruzan cuestiones miserables como las de aquí (san martín de los andes) o Dolores. creo que junto a esa mirada de pueblo ya "sonado" funciona otra que lo mira en perspectiva al pasado, como pueblo que "fué, y no que está siendo".
sin querer simplicar todo lo que debemos aprender como educadores desde los aportes de la interculturalidad, a veces pienso que básicamente se trata (otra vez) de creer en el otro y en nosotros, tener confianza. como le pasó a Freire con los mineros aquellos que lo interpelan en el nordeste y él entiende que quieren saber en realidad y sencillamente, si "su solidaridad va a ser más grande que su curiosidad".

me puse medio charleta, les mando a todas y todos un abrazo rompecostilla y nos seguimos comunicando
rafa urretabizkaya

rafabzk@smandes.com.ar

Unknown dijo...

La Constituciön Nacional (Reforma 1994) y Leyes provinciales proclaman que todos los individuos deben recibir educación bilingüe.
Si bien no se contaba con material didáctico ni tampoco con formación docente especializado para tal fin, con el correr de los años esto fue modificándose.
Accediendo a diferentes artículos he podido conocer cierta información que sería bueno saber y quizás no todos conozcan.
Hay una comunidad indígena en el Sauzalito (N.O de la pcia de Chaco a 90 Km del límite con Salta y a orillas del río Teuco). Aquí vive una comunidad Wichi, pueblo que aún conserva su lengua y su cultura.
Ellos tienen derechos constitucionales, por ejemplo: Recibir Educación intercultural Bilinguë (EIB9, accediendo a este derecho en el año 1987 con la sanción de la Ley Aborígen,
aunque no contaban con recursos humanos dispuestos a construir una educación respetuosa de la diversidad lingüística y cultural.
Todo ésto costó mucho trabajo y resistencia por parte de los docentes.
Ahora bien, el artículo dice:"Muchos incorporaron el discurso pero no los cambios..."
Nosotros docentes: estaríamos dispuestos a revisar nuestras prácticas pedagógicas, nuestro material didáctico, los contenidos, para incluir a éstas culturas a nuestro ámbito escolar cotidiano?...

Unknown dijo...

La Constitución Nacional-reformada en 1994-y diversas leyes provinciales avalan la educación bilingüe.Hoy podemos decir que se cuenta con material didáctico y con una formación adecuada de docentes.
No he tenido la oportunidad de una vivencia, pero sí he tenido el placer de leer numerosos artículos periodísticos y/o educativos de experiencia vividas por otras personas que ponen de manifiesto lo que la Constitución Nacional dice en el Árt.75.Inc 17.