jueves, 16 de julio de 2009

La naturaleza en una pantalla


Por: Marcelo A. Moreno

Marc Fumaroli es un pensador e historiador, miembro de la Academia Francesa, que publicó un libro, "El Estado cultural", en el que despotrica con ferocidad contra la sociedad urbana globalizada.

Entre otras miradas certeras, observa que "estamos sumidos en un régimen de imágenes feas, sin futuro, de una materia pobre, digital, que se emiten en las pantallas y que son efímeras". Y cree que esa tormenta permanente de imágenes industriales nos empobrece y embrutece, hundiéndonos en lo que denomina "cultura pizza", algo asimilable a la "comida basura".

Más allá de comulgar o no con la visión apocalíptica del francés, uno de sus hallazgos probablemente resulte obvio, pero tiene y tendrá consecuencias arduas de vaticinar: "En un mundo completamente técnico como en el que vivimos nuestra relación con la naturaleza casi ha desaparecido". No es poco, ya que gran parte de la humanidad vive en ciudades y las grandes ciudades se han transformado en el laboratorio del mundo. Durante, digamos, unos 6.000 años -es decir, desde los inicios de las primeras civilizaciones- la naturaleza obró como pedagoga del hombre. La observación de sus casi infinitos mecanismos y comportamientos le dio al mono con mejoras que fue nuestro antepasado lecciones diversas y poderosas que asimiló, imitó o dejó de lado.

Pero, además, ese paisaje natural -rico hasta el hartazgo en vegetación, fauna, sorpresas y variaciones climáticas, entre otros asombros- le proporcionó un objeto permanente de meditación.

Heráclito de Efeso debió observar mucho y muy atentamente las aguas para concluir en que "nadie se sumerge en el mismo río", fragmento que nos llegó de un libro llamado "Sobre la naturaleza". Y esa naturaleza que es la materia sobre la cual pensaron los presocráticos y los primeros filósofos, también está en Montaigne y en Niesztche. Ni mencionar la catarata de pintores y poetas que la tomaron como tema insistente.

Y de pronto se acabó. A nuestros chicos les llegan abundantes noticias sobre la vida natural a través de la tele o de Internet. Pero la abrumadora mayoría de los que habitan las grandes ciudades -salvo, quizá, los que viven en countries o en villas lindantes con alguna zona rural- jamás vio a dos perros aparearse ni nacer a un potrillo o morir a una vaca, ni tuvo la posibilidad de aterrarse, maravillado, ante una tormenta de campo. En general, la naturaleza es algo con lo que tienen un contacto ocasional durante una excursión o en las vacaciones.

Más allá de la opinión que se forme sobre esta mutación crucial, sería muy candoroso imaginar que semejante modificación, que se da por primera vez en la historia, no vaya a cambiar en profundidad la sustancia del devenir.



Aporte de Ana Valeria Tamagno

Fuente: diario Clarín

5 comentarios:

Unknown dijo...

Magnífica mención! Muchas gracais por subir este artículo.Iremos tras el libro,se ve bien.

Cynthia G. dijo...

Al leer el artículo uno se pone friamente a pensar ¿qué es lo que le espera a nuestro futuro? ¿Nos aislaremos tanto que nuestras comunicaciones se concretarán por medio de diferentes " artefactos" tecnológicos?
Si bien la tecnología, es una herramienta para acceder a diversas informaciones, mantenernos en contacto con nuestros seres queridos, nos obliga a mantenernos aislados del "aquí ahora". Ese aquí y ahora es nuestro mundo, nuestra naturaleza, nuestro barrio, nuestros vecinos, lo que ocurre en nuestra propio hogar inclusive. Es decir, nos lleva a desconectarnos del mundo en el que vivimos y a la vez, a conectarnos a un mundo informatizado y selectivo. Esta selectividad está dada a la capacidad de aceptar "lo nuevo", integrarlo y utilizarlo,quedando fuera de este sistema la gente que se encuentra incapacitada económicamente a hacerlo o aquellas que no tienen los conocimientos necesarios para acceder a ese "monopolio de conocimiento y comunicación". Puede parecer un tanto apocalíptica mi mirada pero, en mi caso, no hace mucho tiempo que tengo acceso a internet en mi hogar, y observo los significativos cambios que se producen necesariamente a la hora de ingresar al "mundo tecnológico". Si nuestros chicos se encuentran expuestos a cataratas de informaciones, imágenes, nuevas formas de comunicarse, estará en nosotros como futuros docentes, abrir el portal de la tecnología y fomentar la adquisición de la denominada competencia mediática para posibilitar que su intervención sea en forma crítica, creativa y consciente en su uso.
¡Una tarea para nada sencilla! Pero un interesante desafío cono docentes del siglo XXI...

Anónimo dijo...

Muy interesante.y para replantearse muchas cosas.Ahora me pregunto podrán cuidar,respetar o defender aquellos que nunca tuvieron un contacto con la naturaleza más allá que una imagen o una visita en vacaciones.y que además en su "mundo"nada les falta por lo menos en apariencia.Flavia Moreni Nimer.

Ana Tamagno dijo...

Ejemplifico con una anécdota chiquita: los sobrinos de una amiga, niños porteños en edad escolar, vinieron a Dolores en vacaciones y se asombraron al ver que "los pollos (en realidad, gallinas) tenían pelo!?!?!" Imagen para ellos, muy distinta de la de los pollos que ven diariamente en las góndolas del Coto al que concurren con su madre.
La tecnología, así como la metropolización de las ciudades, y cualquier avance en general, debería sumar, construir, edificar. Pero esto implica conservar las bases, no perder lo previo en pos de ¿ganar? lo nuevo.

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante el artículo y el debate que se abrió, por un lado quiero decir que me parece que se culpa demasiado a la "tecnología" (término que lamentablemente siento que perdió su significado real)de los errores que los seres humanos podemos llegar a cometere a díario, quizá es una solución fácil, y un acusado que no puede defenderse.No creo que sea la tecnología quien priva al hombre de la naturaleza, sino que es el mismo hombre quien lo hace al elegir una cosa en vez de otra o no encontrar el equilibrio entre ambas.A lo mejor deberíamos hacernos cargo de nuestras simples decisiones o fortalecer un poco nuestro temeperamento para no permitir que la sociedad nos indique el camino.
Por otro lado a los que piensan que internet aisla, creo que no es así,es más, me atrevo a decir que internet une pensamientos, ideas, propuestas,proyectos, es un medio que permite comunicarnos en forma instantanea, fluida, sin importar distancias. A su vez es un lugar donde el intercambio de informacion es totalmente desinteresado,internet parece un mundo donde el egoismo y la ventaja no suelen existir.Internet no es la una nada vcirtual, es un sociedad intercambiando informacion.Por supuesto, siempre depende del uso conciente.
Y si lo que les preocupa a los actuales y futuros docentes de ésta herramienta es que los alumnos no elaboran, seguramente sea por que los docentes tampoco lo hacen. Internet NO piensa, cuando hagan pensar a sus alumnos veran las diferenicas.
Milagros Moreni Nimer.