lunes, 29 de septiembre de 2008

“En América del Sur hubo una masacre lingüística”


en Página 12 Lunes, 29 de Septiembre de 2008



ENTREVISTA CON EL SOCIOLINGüISTA FRANCES LOUIS-JEAN CALVET



El autor de Lingüística y colonialismo, suerte de “manual” de los europeos, africanos y latinoamericanos militantes de la diversidad cultural, arremete contra “los ayatollás de las lenguas” y propone la integración lingüística como herramienta de inclusión.

Por Silvina Friera
El hombre de remera, campera y pantalón de jean, que arrastra su cansada simpatía como puede, saluda con un apretón de manos y se desploma en uno de los sillones de la recepción del hotel, como pidiendo una tregua, antes de que la seguidilla de entrevistas le borre la sonrisa y le gane la partida a su sentido del humor. El sociolingüista francés Louis-Jean Calvet publicó en abril de 1974 Lingüística y colonialismo, un análisis histórico de las relaciones entre discurso colonial y discurso lingüístico, que pronto se convirtió en una suerte de devocionario entre los militantes europeos, africanos y latinoamericanos de la diversidad lingüística. El libro lo investía de un protagonismo que él no había elegido, le devolvía una imagen difícil de aceptar. Se sentía atrapado dentro del rol de denunciante de la “glotofagia”, la acción simbólica y punitiva de suponer las otras lenguas inferiores a la propia, pero al mismo tiempo las instituciones de la francofonía lo consideraban “un temible izquierdista” que accionaba contra su lengua. “Mi castellano es una mierda, pero podemos comunicarnos”, dice Calvet en un tono irónico, como si coqueteara con ocupar el espacio del indómito izquierdista.
¿Cuántas lenguas habla este buen señor, uno de los principales referentes de la sociolingüística francesa?, quiere saber PáginaI12 por una cuestión de curiosidad. “Es la pregunta que siempre nos hacen a los lingüistas. Puedo dar una conferencia en inglés, francés, español e italiano, pero también puedo sobrevivir en chino, alemán, árabe, ruso, griego, en dos o tres lenguas africanas, para comer, beber, pedir un cheque de avión. Es un mito que los lingüistas deben hablar un montón de lenguas. Eso es en el circo –bromea Calvet, invitado por la embajada de Francia y la Alianza Francesa, y se ríe con ganas—. Para dar una conferencia en inglés tengo que trabajar, no puedo improvisar. Puedo hablar tres o cuatro lenguas, pero nada más.” Calvet nació en Túnez, donde vivió hasta los dieciocho años. “En mi primera juventud el francés era la lengua de mi familia y de la escuela, pero en la calle se hablaba árabe y siciliano, un dialecto del italiano –recuerda el teórico francés—. Este multilingüismo ambiental despertó mi interés por las lenguas. La Babel es una realidad, una característica del mundo; si deseamos conocer otras culturas, otras visiones del mundo, debemos aprender las lenguas.”
Calvet confirma que se hablan aproximadamente 7000 lenguas en el mundo, “pero esto cambia cada día porque hay una tendencia a multiplicar este número, a considerar como lenguas formas habladas que antes eran dialectos”, aclara. “Así como hay lenguas que desaparecen, hay lenguas que nacen. Hoy decimos que hay una lengua que se llama español, pero mañana puede que haya lenguas que se llamen argentino, mexicano; hay una tendencia hacia la diferenciación –explica el sociolingüista—. Con la globalización te podés comunicar a escala mundial a través del inglés, que es la lengua hipercentral. Pero no es el inglés que se habla en Cambridge o en Oxford; es el globish, el inglés que se habla en la globalización, una forma muy pobre que sólo usa quinientas palabras. Si escuchamos a un alemán hablando con un japonés de comercio, el inglés que hablan no es el mismo que habla la reina de Inglaterra como representante del Estado. El problema de la reina es que no habla ninguna lengua.”
–Suena a comentario típico de un francés contra los ingleses...
–Pero también es un comentario típico de los americanos. Hay gente que dice en los Estados Unidos que Bush no habla en inglés. Hay libros muy humorísticos que llaman bushism a las formas lingüísticas de Bush, a los errores que comete.
–¿Cómo impacta la globalización en el entramado de las lenguas?
–En el modelo que llamo gravitacional, hay una lengua eje, el inglés, la lengua hipercentral, y alrededor gravitan una decena de lenguas, el francés, el español, el árabe, el ruso, el chino, el malayo. El predominio del inglés es una foto de una situación sincrónica; no sabemos cuál será la lengua central, el inglés del mañana.
–Al principio las lenguas debían pagar un “derecho de aduana” para acceder a Internet, pero usted señala que así como las lenguas pertenecen a aquellos que las hablan, Internet pertenece a aquellos que la utilizan. ¿Está creciendo la participación de las lenguas en la web?
–Sí, y eso es muy interesante. Al principio era imposible escribir en Internet en castellano o en francés con los acentos. Ahora Unicode permite escribir en todas las lenguas del mundo. Hace quince años Internet sólo estaba en inglés; hoy hay páginas en chino, francés, español, alemán, y hay montones de sitios en pequeñas lenguas. Un cambio técnico, el pasaje de Ascii a Unicode, ha dado como resultado un cambio cualitativo. Esto quiere decir que el dominio del inglés no es absoluto; las pequeñas lenguas pueden encontrar su propio lugar y su propio uso en la red.
–Uno de los miedos más extendidos entre los franceses es a “la contaminación” de la lengua al entrar en contacto con la inmigración árabe. ¿Por qué ese contacto es entendido como un peligro?
–A los que tienen ese temor los llamo “los ayatollás de las lenguas” porque siempre las lenguas han tomado préstamos de otras; por ejemplo, en castellano, todas las palabras que empiezan con “a” vienen del árabe, como “alcalde”, “almohada”... Si viven, todas las lenguas cambian. Una lengua que no cambia es una lengua muerta, como el latín o el griego antiguo. No hay que tener miedo a la contaminación, ese temor me parece francamente una estupidez. Hay que explicar a la gente que cada día necesitamos nuevas palabras, que podemos construir o tomar palabras de otras lenguas.
–¿Cómo toman los franceses este planteo?
–Una mayoría piensa lo contrario de lo que yo digo, pero hay que hacerles entender que una lengua que no cambia es una lengua que va a morir.
Todas las lenguas, tarde o temprano, morirán. Pero para Calvet, un teórico y militante de la diversidad que rechaza el discurso político lingüísticamente correcto (“no todas las lenguas son iguales”, advierte), no todas las muertes son iguales. “Hay muchas lenguas indígenas que se han perdido en nombre de la comunicación, en nombre del lenguaje”, plantea el autor de Lingüística y colonialismo, libro que abre con una cita de Roland Barthes: “Robar a un hombre su lenguaje, en nombre de ese mismo lenguaje: allí comienzan todos los asesinatos legales”.
“La globalización es un hecho, pero podemos organizar el mundo lingüístico a través del respeto por las otras lenguas, para que cada uno pueda comunicarse en inglés, si quiere viajar y trabajar en otros países, o hablar la lengua de su pueblo –propone Calvet—. Y eso es difícil porque hay una tendencia a olvidar la lengua de los padres. Tal vez los padres deciden no hablarles a sus hijos en sus propias lenguas porque un quichua o un guaraní puede pensar que es mejor para sus hijos que hablen el español, para tener éxito en la vida, en la escuela, en la universidad. Pero cómo explicar que es importante hablar en inglés, pero que también es importante conservar la lengua identitaria. En Africa la gente habla en diferentes lenguas, pero en América del Sur hubo una masacre lingüística. Sólo en Perú, Ecuador y Bolivia se hablan lenguas indígenas.”
–En Paraguay se habla guaraní...
–Dicen que Paraguay es un país bilingüe, que el guaraní y el español están en el mismo nivel. ¡Pero es una broma! En el aeropuerto de Asunción no hay ni una palabra escrita en guaraní, sólo en español o en inglés. Los nombres de las calles no están escritos en guaraní.
–La dictadura de Stroessner prohibió el guaraní.
–Pero hoy tienen una democracia.
–Las herencias de las dictaduras en América latina aún se sienten...
–Es obvio que casi toda la población paraguaya es bilingüe, pero es más importante hablar el español que el guaraní. Hay un problema de función social de las lenguas. El guaraní es la lengua de la calle, de la familia, del mercado, de la proximidad, pero el castellano es la lengua de la universidad, de la política; no tienen las mismas funciones sociales. Y decir que en Paraguay hay un bilingüismo real es casi una broma.
Calvet subraya que hay que proteger la diversidad de las lenguas. “El inglés es obviamente la lengua más importante del mundo, pero el guaraní, el quechua, también tienen su importancia. Por eso creo que debemos defender la diversidad lingüística. Cada lengua es una visión diferente y necesaria de la cultura.” En Francia hay tres millones de hablantes árabes que van a la escuela. “Lo interesante es que el árabe que hablan no es el árabe oficial de sus países de origen. En los países árabes, la lengua oficial es el árabe clásico, el árabe del Corán, que ninguno habla. Entonces hacen una mezcla de árabe y francés para comunicarse con los amigos de la misma edad, y tal vez también mezclan algunas lenguas africanas. Y están en su derecho. El único problema es saber si pueden hablar el francés estándar.”
–Si no hablan un francés estandarizado se les cierran todas las puertas, ¿no?
–Claro, porque la lengua es una llave social. Para encontrar un trabajo interesante, importante, hay que hablar el francés oficial, como hay que hablar aquí el castellano oficial. El deber de la educación, de la escuela, para los niños que hablan esa mezcla de árabe y francés, es enseñarles a hablar otra forma de francés. Hay diferentes niveles de lengua: no hablamos el mismo francés dando un curso en la universidad o jugando a las cartas en un café. Pero si hay gente que no puede hablar una variedad alta, se origina una fractura social que produce una fractura lingüística. Y esto es un problema democrático. El deber del Estado es dar la lengua del Estado a todos los inmigrantes; tenemos el derecho de hablar la lengua del país. Si no hablamos la lengua del país, se van a construir ghettos, pequeñitos grupos, y eso es lo contrario de la integración.
–¿Cómo es la situación ahora: hay intentos de integración o prevalece la construcción de ghettos?
–Es difícil de responder. Hoy no podemos saber qué forma de lengua hablarán los hijos de los inmigrantes, y éste es un punto importante. No sabemos si los padres les van a transmitir el francés estándar o una mezcla. Si les transmiten la mezcla, entonces se va a dar una fluctuación muy difícil, lo contrario de la integración. No sé cuál será la lengua central, el eje de la comunicación global, el inglés del mañana en dos siglos, pero va a cambiar. También las lenguas de los pequeños pueblos van a cambiar. Pero una vez más los ayatollás de las diferentes lenguas piensan que el autor de Lingüística y colonialismo debe defender las pequeñas lenguas, y no preocuparse del francés o del español. ¡Es una estupidez! Hay que inventar una política lingüística que les dé su propio sitio a todos los idiomas del mundo.

martes, 23 de septiembre de 2008

El idioma analítico de John Wilkins

Jorge Luis Borges (Otras inquisiciones - 1952)


He comprobado que la decimocuarta edición de la Enciclopaedia Britannica suprime el articulo sobre John Wilkins. Esa omisión es justa, si recordamos la trivialidad del articulo (veinte renglones de meras circunstancias biográficas: Wilkins nació en 1614 Wilkins murió en 1672, Wilkins fue capellán de Carlos Luis príncipe palatino; Wilkins fue nombrado rector de uno de los colegios de Oxford, Wilkins fue el primer secretario de la Real Sociedad de Londres, etc.); es culpable, si consideramos la obra especulativa de Wilkins. Este abundo en felices curiosidades: le interesaron la teología, la criptografía, la música, la fabricación de colmenas transparentes, el curso de un planeta invisible, la posibilidad de un viaje a la luna, la posibilidad y los principios de un lenguaje mundial. A este ultimo problema dedico el libro An Essay Towards a Real Character and a Philosophical Language (600 paginas en cuarto mayor, 1668). No hay ejemplares de ese libro en nuestra Biblioteca Nacional; he interrogado, para redactar esta nota, The Life and Times of John Wilkins (1910), de P. A. Wright Henderson; el Woerterbuch der Philosophie (1924), de Fritz Mauthner; Delphos (1935), de E. Sylvia Pankhurst; Dangerous Thoughts (1939), de Lancelot Hogben.
Todos, alguna vez, hemos padecido esos debates inapelables en que una dama, con acopio de interjecciones y de anacolutos, jura que la palabra luna es mas (o menos) expresiva que la palabra moon. Fuera de la evidente observación de que el monosílabo moon es tal vez mas apto para representar un objeto muy simple que la palabra bisilábica luna, nada es posible contribuir a tales debates; descontadas las palabras compuestas y las derivaciones, todos los idiomas del mundo (sin excluir el volapuk de Johann Martin Schleyer y la romántica interlingua de Peano) son igualmente inexpresivos. No hay edición de la Gramática de la Real Academia que no pondere "el envidiado tesoro de voces pintorescas, felices y expresivas de la riquísima lengua española", pero se trata de una mera jactancia, sin corroboración: Por lo pronto, esa misma Real Academia elabora cada tantos años un diccionario, que define las voces del español... En el idioma universal que ideo Wilkins al promediar el siglo XVII, cada palabra se define a si misma. Descartes, en una epístola fechada en noviembre de 1629, ya había anotado que mediante el sistema decimal de numeración, podemos aprender en un solo día a nombrar todas las cantidades hasta el infinito y a escribirlas en un idioma nuevo que es el de los guarismos (1); también había propuesto la formación de un idioma análogo, general, que organizara y abarcara todos los pensamientos humanos. John Wilkins, hacia 1664, acometió esa empresa.
Dividió el universo en cuarenta categorías o géneros, subdivisibles luego en diferencias, subdivisibles a su vez en especies. Asigno a cada genero un monosílabo de dos letras; a cada diferencia, una consonante; a cada especie, una vocal. Por ejemplo: de, quiere decir elemento; deb, el primero de los elementos, el fuego; deba, una poción del elemento del fuego, una llama. En el idioma análogo de Letellier (1850) a, quiere decir animal; ab, mamifero; abo, carnívoro; aboj, felino; aboje, gato; abi, herbívoro abiv, equino; etc. En el de Bonifacio Sotos Ochando (1845), imaba, quiere decir edificio; imaca, serrallo; imafe, hospital; imafo, lazareto; imarri, casa; imaru, quinta; imedo, poste; imede, pilar; imego, suelo; imela, techo; imogo, ventana; bire, encuadernador; birer, encuadernar. (Debo este ultimo censo a un libro impreso en Buenos Aires en 1886: el Curso de lengua universal, del doctor Pedro Mata.)
Las palabras del idioma analítico de John Wilkins no son torpes símbolos arbitrarios; cada una de las letras que las integran es significativa, como lo fueron las de la Sagrada Escritura para los cabalistas. Mauthner observa que los niños podrían aprender ese idioma sin saber que es artificioso; después en el colegio, descubrirían que es también una clave universal y una enciclopedia secreta.
Ya definido el procedimiento de Wilkins, falta examinar un problema de imposible o difícil postergación: el valor de la tabla cuadragesimal que es base del idioma. Consideremos la octava categoría, la de las piedras. Wilkins las divide en comunes (pedernal, cascajo, pizarra), módicas (mármol, ámbar, coral), preciosas (perla, ópalo), transparentes (amatista, zafiro) e insolubles (hulla greda y arsénico). Casi tan alarmante como la octava, es la novena categoría Esta nos revela que los metales pueden ser imperfectos (bermellón, azogue), artificiales (bronce, latón), recrementicios (limaduras, herrumbre) y naturales (oro, estaño, cobre). La belleza figura en la categoría decimosexta; es un pez vivíparo, oblongo. Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas paginas esta escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados , (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta calcificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones, de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282, a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Día del Señor; la 268, a las escuelas dominicales; la 298, al mormonismo, y la 294, al brahmanismo, budismo, shintoísmo y taoísmo. No rehusa las subdivisiones heterogéneas, verbigracia, la 179: "Crueldad con los animales. Protección de los animales. El duelo y el suicidio desde el punto de vista de la moral. Vicios y defectos varios. Virtudes y cualidades varias".
He registrado las arbitrariedades de Wilkins, del desconocido (o apócrifo) enciclopedista chino y del Instituto Bibliográfico de Bruselas; notoriamente no hay calcificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos que cosa es el universo. "El mundo --escribe David Hume-- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandono a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto" (Dialogues Concerning Natural Religion, V. 1779). Cabe ir mas lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios.
La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo no puede, sin embargo, disuadirnos de planear esquemas humanos, aunque nos conste que estos son provisorios. El idioma analítico de Wilkins no es el menos admirable de esos esquemas. Los géneros y especies que lo componen son contradictorios y vagos; el artificio de que las letras de las palabras indiquen subdivisiones y, divisiones es, sin duda, ingenioso. La palabra salmón no nos dice nada; zana, la voz correspondiente, define (para el hombre versado en las cuarenta categorías y en los géneros de esas categorías) un pez escamoso, fluvial, de carne rojiza. (Teóricamente, no es inconcebible un idioma donde el nombre de cada ser indicara todos los pormenores de su destino, pasado venidero,)
Esperanzas y utopias aparte, acaso lo mas lucido que sobre el lenguaje se ha escrito son estas palabras de Chesterton: "El hombre sabe que hay en el alma tintes mas desconcertantes, mas innumerables y mas anónimos que los colores de una selva otoñal... cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de un bolsista salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo" (G. F. Watts, pag. 88, 1904).
1 Teóricamente, el número de sistemas de numeración es ilimitado. El más complejo (para uso de las divinidades y de los ángeles) registraría un número infinito de símbolos, uno para cada número entero; el más simple sólo requiere dos: Cero se escribe 0, uno 1, dos 10, tres 11, cuatro 100, cinco 101, seis 110, siete 111, ocho 1000... Es invención de Leibnitz, a quien estimularon (parece) los hexagramas enigmáticos del I King. (Volver)

viernes, 19 de septiembre de 2008

RETORICA PUBLICITARIA

Para los alumnos de Semiótica II que están haciendo el trabajo sobre publicidad, aquí van los links con dos páginas muy útiles


www.multiculturas.com/retorica/ (esta es una excelente página, está en portugués)

http://www.infovis.net/printMag.php?num=121&lang=1 (un poco resumido, pero hay bastante para empezar)

Gabriela

jueves, 18 de septiembre de 2008

MATAR AL POETA


Escribe Rafa Urretaviskaya

“Matar al poeta” forma parte de un trabajo más extenso (“LA LIBERTAD”) que escribo sobre el maestro Luis Fortunato Iglesias. Un maestro rural apasionado ( hoy con unos 90 años y hasta donde se todavía preocupado por el mundo) que trabajó por la zona de Tristán Suarez cuando esta era rural.
Tuve oportunidad de entrevistarlo varias veces a él y a sus ex alumnos que se resisten a ser llamados de ese modo ya que para ellos Iglesias, sigue siendo “su” maestro. Conocí un gran hombre.
Un hombre lleno de rastros y de marcas, algunas en él mismo, muchas detrás suyo.
Lo “grande” a que me refiero es proporcional a su sonrisa y poco tiene que ver con estar viejo.
La serenidad de los mayores a veces se me ocurre cansancio, otras resignación o una mezcla de ambas cosas.
Este hombre que conocí irradia la serenidad de haber luchado. Está seguro que no tiene nada de otro y que nada de lo que tenía para dar se ha permitido guardarlo.
No ha callado nunca y su voz, se mantiene suave y serena.
Ha caminado bastante y sus pies siguen firmes.
Un hombre sin apuro, que se ha tomado los veinte años que necesitó para esto... diez para aquello.
Que desde una escuela con treinta niñas y niños ha soñado otro mundo sabiendo que él debía hacer su parte para que esto suceda.
Suena sencillo: saber lo que a cada uno nos toca hacer y no ser tibio en el intento.
Conocí a un hombre que ofrece a manos llenas lo que vio.
Que atesora el pasado, pero que es futuro.

Matar al poeta
Los alumnos recorren el camino previsto, aquel que mejor lo reproduce es el mejor y la escuela lo premia; tiene un diez.
La paradoja es obvia, la escuela repitiéndose a si misma se suicida, porque claramente inhibe a los que vienen a reformarla y darle posibilidades de vida.
El maestro más o menos conciente del mandato (no siempre explicitado), avanza con su plan (¿su plan?) a costas de “matar al poeta”[1].
Si el mundo está mal y la escuela en el mundo, no puede premiar a quienes la reproducen y objetar a quienes la transgreden. Sin embargo a quien no va por el camino planeado le toca mentir para conformar, o la exclusión.
Si es así, la escuela enseña entonces (enseña de verdad, de modo vivencial) a mentir. A acomodarse. A ser ese que esperan de uno a costas de desactivar lentamente quien se es.
¿Puede la escuela, (tiene acaso el derecho), cumplir algún otro rol que el de ser transformadora de la realidad?
¿Qué lugar tienen en la escuela los que no siguen el plan? Los que buscan atajos (pienso en el niño Einstein reprobando dos veces consecutivas matemática), los que buscan ir por otros lados, los fabricantes de puentes y laberintos, los que no quieren andar, los que quieren volar.
Son los diferentes.
Los que van a dar textura a la foto del grado tomada un día martes. Siendo distintos serán visibles no solo ellos, también los demás.
El maestro Iglesias tiene este temor y en la búsqueda de que el niño sea, pondrá todo su esfuerzo.
Es verdad, planeará él también el camino, pero con toda la actitud puesta en que formar no sea sinónimo de perder. Trabajará por la autonomía y la libre expresión y diseñará herramientas para poder alcanzarlas.
Su primer libro “La escuela emotiva”[2], da cuenta profunda de esta preocupación. Los libros siguientes abordarán el problema de ¿cómo hacerlo?

“Esas manos entorpecidas y esos espíritus deformados de hombres que giran en la noria con su voz sumisa y su poeta muerto, modelan a su semejanza la vida nueva (...) El niño forcejea, pero inútilmente. Es demasiado riguroso el tácito contrato que los hombres han pactado contra sus propios hijos y los educadores aún no han comprendido que vienen a liberar no a sojuzgar”[3]

“Sin hombres nuevos- dice la Dra. Montessoni- con clara conciencia social y fuerza moral para combatir los errores que oscurecen nuestro destino, sólo tendremos hombres cultos.¡Pero ya hay tantos!”

Pienso que Iglesias albergó en dos etapas consecutivas lo que ocurrió con las hermanas Cosettini en dos personas,
“si Olga demostró que había otra forma de concebir la educación, Leticia probó que en manos de un maestro sensible la vía del arte es la más fértil para llegar al conocimiento, que lo que se inscribe en los sentidos y en el corazón perdura infinitamente más que lo que se inscribe en el cerebro, al menos hasta la adolescencia.”[4]
Esto dice Iglesias en “La Escuela Emotiva”:
“Son muchos los hombres que arrastran con sus vidas al poeta muerto joven, llorándolo y sabiendo que ya no resucitará con la frescura de los primeros días.
También hay hombres vencidos y humillados que nunca se resignarán a saber totalmente perdidas sus antiguas rebeldías, olvidada la fuente sin agua y sin sed, quebrada la voz insobornable en las gargantas.
¿Pero, cuándo ha sucedido este tránsito de pérdida y de muerte? ¿Cómo?”
Y sita él mismo a Almafuerte en página “apocalíptica”
El niño forcejea sólo y desesperado “contra todo lo impuro, injusto y falso que diariamente, hora por hora, minuto por minuto, le imponen sus abuelos, sus padres, sus hermanos, sus tutores, sus amos, sus maestros y hasta postrer viejecillo inservible como un tornillo gastado que, al pasar, tambaleante de ajenjo por un grupo de rapazuelos bulliciosos, se permite gravemente amonestarlos y dictarles su decálogo”.
Iglesias muestra feliz su herramienta predilecta, disfruta decir cuál es y donde la ha encontrado.
“En una hermosa página, G. Morente invita al aspirante a filósofo a retornar a su infancia, para ver al mundo que lo rodea como si fuera la primera vez, y andar allí con los ojos nuevos, agrandados de asombro, anhelosos de curiosidad y descubriendo e inventando fantasías como un prodigioso hechicero.
Infantilizarse, nada menos, aconseja Moriente para llegar a la cima del pensamiento humano. Y Unamuno da comienzo al unamunesco capítulo VIII de sus “Recuerdos de niñez y mocedad” con estas palabras: “El arte se nos revelaba aún antes que la naturaleza. El niño nace artista y suele dejar de serlo en cuanto se hace hombre.”


Los apasionados
Sobre “Viento de Estrellas”, su propio autor da una opinión inquietante: “testimonio de cuanto puede el niño, cuanto es y cuanto le retacean o roban.”
Quiero saber cuanto puede Ceferino, cuanto Eloy, cuanto le robaron a Don Aníbal.
Quiero saber cuanto de complicidad tiene la escuela con la económica cagona de Don Aníbal y su calor de a poquito. Con la historia que llama ocupantes ilegales a los dueños legítimos y estancieros a los ladrones.
Iglesias buscó con su ensayo de veinte años en una escuela rural “balanceado y expurgado con criterio metodológico”, proponer a los maestros sugerencias donde el trabajo plantea interrogantes (¡vamos maestro, el trabajo con personas es trabajo con interrogantes!).
Pensar en Luis Fortunato Iglesias no tiene por principal motivación re-narrar sus búsquedas y aciertos didácticos. Esto ya lo hizo en forma brillante él mismo. Es entonces para invitar a leer sus libros llenos de voces infantiles que dicen todo el tiempo:
“somos creativos y la creación puede estar en la escuela, el arte es imprescindible en la escuela porque está en la vida,
no hacen falta órdenes hacen falta compromisos y responsabilidades,
puedo”;
y antes y después de las voces de los alumnos podrá el lector en los libros de Iglesias escuchar la voz de este maestro que no se conformará con presenciar el milagro, lo describirá con amor y paciencia para poder compartirlo.
Sus amigos Aníbal Ponce, Jesualdo y Olga Cosettini ya han advertido que “sólo falta que el viento sople del cuadrante adecuado para que el milagro se realice”. De todos modos Iglesias no arriesgará nada, será el viento y la veleta, diseñará las herramientas provoca milagros y las analizará con honestidad y profundidad.
El aula polifuncional, los guiones, la autoevaluación y el compromiso, la ayuda mutua, los cuadernos de pensamientos propios, las acuarelas.
Todo está en sus libros ofrecido como agua en el desierto, a jarra llena.
Lo que no está en forma explícita en sus libros es la pasión y de esto abría que hablar.
Es que la pasión vale. Porque no cotiza.
Porque no se consigue en las góndolas. Porque la vocación no puede ser transferida al código de barras. Porque no da puntaje.

“Solo los apasionados pueden conocer a la infancia, llegar a sus fuentes milagrosas y secretas. Entonces el maestro es un artista que va suscitando y recogiendo a su paso las vibraciones de un mundo encantado.”[5]

Ser apasionado entonces es antisistema y eso está bien, porque el sistema está mal.
Don Aníbal no tiene la tierra, Eloy se quedó sin la voz origen, el ladrón no está preso y habla en el palco de la rural de Junín de los Andes al lado del gobernador y arriba de los dueños legítimos que escuchan (yo lo vi), a Ceferino no le dan las cuentas, a Belgrano no lo escuchamos y hace más de 200 años que nos escribió sobre el desempleo que hoy nos muerde el alma, los caminos los deben hacer las topadoras, la comunidad tiene 9.776 hectáreas en las que viven cien familias y la estancia de enfrente tiene 3.500 hectáreas para una familia... que vive en el pueblo.
Y es mejor ser apasionado. Porque el maestro ha elegido para andar la vida un oficio que se trata de andar con otros. Porque la pasión sirve para despejar nuestro sentido de ser maestros, es decir correr los electrodomésticos. Antes de desearlos saber que no hacen falta para mirar los pibes a los ojos y animarlos a ser... también en la escuela y para toda la única y maravillosa oportunidad de la vida de cada niño-hombre, niña-mujer.
El maestro Iglesias trabajó desde un lugar del mundo para treinta chicos que son parte del mundo que debe ser cambiado. Con ingenio, pasión y compromiso.
En su experiencia no es una cuestión de plata lograr que la escuela se hermane con la vida y esto es una grata noticia ya que la plata siempre la tienen otros.
Las grandes estancias ya se armaron de los títulos legales de las tierras que alambraron, pero los dueños legítimos cuentan con la historia que dice que el pueblo tiene en un galponcito guardadas sus herramientas, la reforma agraria, la memoria...
Y hay noticias de América Latina que algo está cambiando. El ex presidente de Brasil, Cardoso, antes de irse y ante la contundencia del reclamo de miles de ciudadanos brasileños por recuperar sus tierras (tan convencidos de la legitimidad que iban por ellas), terminó él mismo entregando algunas de las que reclamaban. Ahora asumió Lula y en su discurso inaugural lo ha dicho: “haremos la reforma agraria”.
En la Argentina, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, Mocase, recibe por estos días los palos que ha juzgar por quien golpea, confirman que tomaron el camino de sus derechos y que ya no tiene retorno.






[1] Luis Iglesias, La escuela emotiva
[2] Ediciones Lilulí, 1.945
[3] Luis F. Iglesias “La Escuela Emotiva”
[4] La Escuela Cosettini, Cuna de democracia. Augusto Bianco, Ediciones Amsafé 1.996
[5] Luis Iglesias, “La escuela emotiva”

martes, 9 de septiembre de 2008

BLOGS PARA PASAR, VER Y LEER

Paso un sitio que encontré bastante lindo para entrar a leer un poco, es de escritura creativa de la U.N.L.P., tiene muchos cuentos cortos y a su vez, tiene material "teórico" sobre el cuento y otros géneros. A mí me gustó mucho y quería compartilo con la gente del blog.

Saludos!!

http://escrituracreativa08.blogspot.com/


Marcela Bazterrica

sábado, 6 de septiembre de 2008

GUIA PARA TRABAJAR CON "LA HISTORIA DE LAS COSAS"

Escribe Miriam Barberena (profesora de Villa Gesell)










A. Plano discursivo
En una exposición de este tipo, si analizamos su estructura interna, es frecuente que encontremos las siguientes fases:
Apertura
Delimitación del tema
Presentación del plan a seguir
Desarrollo de los temas enunciados
Recapitulación o síntesis
Conclusión o mensaje final
Cierre
Observar cuáles de estas fases están presentes en el video y señalarlas.

B Plano de la situación comunicativa
1 Cómo se construye AL (Annie Leonard) como enunciadora experta? En otras palabras, cómo nos muestra que realmente conoce mucho sobre el tema?

2 Quién es el destinatario de la exposición? Extrae ejemplos del texto en los que se dirige explícitamente al destinatario.

3 Analicemos el uso del pronombre “nosotros”. En el texto podemos reconocer por lo menos 3 referentes diferentes para este pronombre:
Nosotros= Annie y los destinatarios del texto
Nosotros= Los estadounidenses
Nosotros= La especie humana
Busca ejemplos de cada caso. (tener en cuenta que en cada verbo conjugado en la primera persona del plural está implícito el pronombre “nosotros”)

4 ¿Qué recursos utiliza para facilitar la comprensión? Cómo evalúa las posibles dificultades en los contenidos que presenta?

5 Cómo llega a hacer atractivo el tema? Cómo logra ser clara y entretenida a pesar de dar tanta información en tan poco tiempo?

6 Qué sistemas no verbales utiliza AL?

7 Qué acciones corporales? (observar la actitud corporal, los gestos, las miradas)

jueves, 4 de septiembre de 2008

SOBRE "HISTORIA DEL GUERRERO Y LA CAUTIVA"

Escribe Sandra Carmona

En la "Historia del guerrero y la cautiva", Borges cuenta que: Droctulft, el lombardo, entró a destruir Roma, pero queda impresionado por lo que ve, en ese momento no entiende el por qué. Deja de pelear con los suyos para unirse con los otros.En su tumba hay un gran epitafio en latín, porque fue un iluminado, vio la grandeza del Imperio. El guerrero al convivir con los romanos toma sus costumbres, su forma de vida y además su idioma.También, Borges, narra en este texto la historia de su abuela, que al llegar a este país con su esposo, se encuentra con una india inglesa como ella. Hacía ya un tiempo, un malón, la había llevado.Al hacerle una pregunta, la mujer recuperó su inglés rústico, pero entreverado de araucano o pampa, para poder contestarle. Ésta le ofrece rescartarla, la joven por largo tiempo no volvió al lugar, opta por quedarse en la barbarie.Esto demuestra que en el contacto de una cultura y una lengua, no solo se dan las situaciones de multilingüismo, sino que se impone una sobre otra, por el uso y el contacto.






Escribe Patricia Barroso

En la "Historia del guerrero y la cautiva", Borges, cuenta dos historias antagónicas, pero a la vez, parecidas en su destino. Cada una de ellas, deja de usar de modo asidua su propia lengua para adueñarse de la lengua del Imperio por el que él iba a luchar, como fue el guerrero Droctulft.Y la cautiva, inglesa por naturaleza, secuestrada por un malón de indios al llegar a Buenos Aires, ya no usa su inglés muy a menudo, porque se imponen en ella, el araucano o pampa, lenguas que necesita para poder comunicarse con esa nueva cultura a la que hizo su familia y a la que nunca quiso abandonar.Pero sí, en un encuentro con otra inglesa pudo recuperar con dificultad su lengua natal, demostrando así, que ninguna lengua es superior a otra, y que en todos los tiempos pueden darse situaciones de multilingüismo.

Escribe Marianela de León
En “Historia del guerrero y de la cautiva”, Borges cuenta dos historias; por un lado la de Droctulft, que entra a Roma para destruirla, pero al ver la grandeza y lo imponente del imperio, decide dejar de pelear para los suyos y se une a los romanos en la lucha para defender aquel majestuoso sitio. Este guerrero, comienza a convivir en aquel imperio y toma de los habitantes todas sus costumbres, su cultura, y dentro de esta, su idioma.
Por otro lado, narra también la historia que años atrás le había contado su abuela acerca de la llegada al país con su esposo, y en la que había tenido lugar el encuentro con una india inglesa. Cuando su abuela intenta hacerle preguntas a esta india, que había sido alejada de los suyos en un malón, la abuela de Borges comprende que la mujer ha perdido su lengua por falta de uso, que solo puede expresarse en un inglés rústico, mezclado de palabras de lenguas indígenas. Le ofrece llevarla nuevamente a su lugar de origen, rescatarla de la barbarie, pero la joven se niega y no vuelve a verla hasta el día en que mientras casaba, la ve aparecer a caballo y esta bebe la sangre calienta de una oveja que un hombre recientemente había degollado. Esta acción es entendida tal vez como un signo, como un desafío.
“…pueden parecer antagónicos, sin embargo a los dos los arrebató un ímpetu secreto, un ímpetu más hondo que la razón…” (Borges, Historia del guerrero y de la cautiva)
En este texto quedan demostrados los resultados del contacto entre diferentes culturas y lenguas, las consecuencias de las relaciones entre los que dominan y los que son dominados, como se imponen unos sobre otros, dando lugar a la pérdida de la cultura propia por otra.