En las horas de Semiótica, se realizó el trabajo enfocando en las revistas “ADN cultura” que salen cada sábado gratuitamente con el diario La Nación.
Estas revistas son un vehículo de propaganda del mercado literario.
Se tomó para el análisis cinco suplementos, por medio de la selección de los títulos principales de cada portada, donde se puede ver claramente, cómo, a través de mecanismos semiológicos, éstos imponen una tendencia literaria.
El canon es definido como las obras y sus lecturas "apropiadas" que han sido consideradas por la crítica literaria como los mejores exponentes de la literatura.
Los suplementos literarios de los medios masivos de comunicación, por medio de procedimientos y mecanismos semiológicos, imponen un género narrativo, una “tendencia literaria”. A lo largo del trabajo se pueden ver -a partir de los títulos y las notas principales- variedad en los temas tratados, autores clásicos e innovaciones, así también como distintas editoriales.
En el número de “Libros para entender el país”, no sólo se enfatiza en clásicos como “Facundo”, “Recuerdos de provincia” o “Martín Fierro, que estarían dentro de un proceso de revalorización del canon sino también en libros de nuevos autores, donde se trata de “insertar” al canon nuevas propuestas literarias. Lo paradójico de esto es que la misma revista se encarga de seleccionar a los críticos que a su vez harán la lista de los libros para entender la Argentina. Estos críticos, no sólo eligen algunos de los clásicos nombrados anteriormente, sino que en su lista están presentes las obras de los votados por la revista. Parece un juego de palabras, pero para expresarlo de un modo más simple: se vende lo que se promueve. Y se promueven entre ellos. Sarlo elige a Botana, Botana a Gregorich, etc. En “El rey de la nueva novela policial”, la entrevista se realiza a un autor extranjero, pero se lo promociona a partir de que está legitimado internacionalmente, ya que tiene varios premios ganados y también, al principio de la entrevista, dice: “Es yerno de Ingmar Bergman”. Esto no es algo menor, porque nos da el perfil de lector de la revista “adn cultura”. Un lector culto, con conocimientos en el mundo artístico internacional. Sólo da el nombre del suegro del entrevistado, no aclara quien es, que hace… Ingmar Bergman es escritor, director y productor de teatro, cine, radio y televisión sueco, sin duda la figura más destacada del cine escandinavo, pero: ¿cualquier lector sabe esto? Los premios literarios son de gran influencia al momento de elegir los autores que se entrevistarán, o si se dará promoción de algún libro. Los mecanismos usados, en este caso, son las fotos de los autores promocionados con pie de foto, destacando los premios ganados y por supuesto, sus libros consagrados. Otro procedimiento es el de dar a conocer al público lector un fragmento de la nueva obra de ese autor. El tercer número analizado es el de “Las nuevas caras de la Literatura Argentina”, en el que los entrevistados son nueve jóvenes, algunos, seleccionados por indicación de críticos que enseñan fuera del país, otros fueron sugeridos por lectores de librerías que están fuera del circuito comercial. La lista es injusta –toda selección lo es- pero así es el canon, se renueva con la incorporación de nuevos escritores, se discriminan algunas obras o autores y se resignifica, se mantiene o se excluye a los viejos, siempre con ayuda del mercado literario, claro.
En “El boom de la Literatura infantil” se puede ver claramente el trabajo de imposición que hace la revista, con diferentes recursos. La nota promociona una revolución en libros para chicos y jóvenes, nombra a los clásicos de ahora como Harry Potter y Las crónicas de Narnia, pero también promociona a los clásicos viejos como Robinson Crusoe, Alicia en el país de las maravillas y María Elena Walsh. Raramente, en el número siguiente sacan como título principal de la revista “El regreso de María Elena Walsh”, con cuatro páginas dedicadas a su vida y su carrera y dos páginas más para poner un fragmento de las obras recientemente publicadas de la autora.
“Todo canon es una imposición social generada por la institución literaria”.
La delimitación del canon y por consiguiente de la literatura en general, como una construcción social, implica además la existencia de los cánones literarios atendiendo a la dimensión social que se estudie, a la instancia del circuito literario que se analice.
Por todo lo explicado, la noción de canon más que favorecer la "clausura" posibilita adentrarnos en el análisis de la institución literaria, y en particular de la función de crítica, como un espacio de debate y de lucha, la cual no debe sólo estudiarse para comprender su funcionamiento, sino para poder intervenir conscientemente en ésta.
Miriam Álvarez
P.F Lengua y Literatura. 3° año.